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Manifestaciones oftalmológicas de la diabetes Mellitus

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La Educación es la mejor medida de la prevención de las complicaciones oftalmológicas asociadas a la Diabetes Mellitus. La calidad de vida del paciente diabético se puede ver muy afectada por los problemas oculares derivados de un mal control de su enfermedad.

La afectación de la Diabetes Mellitus a nivel oftalmológico puede ser muy variada y afectar a diferentes estructuras del ojo.

Síntomas como el escozor y el picor , son frecuentes en estos pacientes, debiendo tratarse con lágrimas artificiales y antialérgicos tópicos, idealmente sin conservantes, y evitando el frotado ocular. No suele ser grave y mejoran con el tratamiento sintomático.

Cualquier lesión superficial , conjuntival o corneal, en un diabético debe tratarse con cautela, el riesgo de infección es mayor en estos pacientes y  por tanto deben vigilarse de cerca e instaurar tratamiento antibiótico ante la más mínima sospecha de contaminación. La cicatrización de dichas lesiones, como les ocurre a otros niveles del cuerpo, por ejemplo la piel,  puede ser anfrastuosa y requiere un seguimiento estrecho para evitar la evolución a un cuadro más complicado, como pueden ser úlceras graves con componente neurotrófico en diabéticos muy evolucionados. En estos casos se pueden requerir tratamientos con suero autólogo, lentes de contacto o incluso membrana amniótica. Debe acudir a su oftalmólogo a valorar siempre las lesiones de este tipo o si ha sufrido un traumatismo, aunque sea de intensidad leve ya que la sensibilidad corneal se puede ver mermada en casos de larga evolución.

El cristalino es más tendente a formar cataratas en las personas diabéticas y en edades más precoces. Si percibe que su visión es más turbia y la sensación es progresiva esta puede ser la causa, debe consultar. Afortunadamente la cirugía es curativa en la mayoría de los casos aunque los cuidados pre y postoperatorios deben ser algo más exhaustivos y la vigilancia retiniana más estrecha , sobretodo en diabéticos de larga evolución o con lesiones de retinopatía diabética.

Las personas diabéticas deben vigilarse periódicamente su tensión ocular. Detectar una hipertensión intraocular sin daño puede permitir que tratándola a tiempo le disminuya el riesgo de desarrollar un glaucoma ( enfermedad del nervio óptico que provoca pérdida de visión lentamente ).

Los reflejos pupilajes pueden verse ralentizados el los pacientes diabéticos evolucionados. No tiene un tratamiento específico.

Por último, la manifestación más temida de la diabetes ocular es la afectación de la retina ( capa más interna del ojo) o retinopatía diabética: La retinopatía diabética (RD) es una complicación de la diabetes causada por el daño de los vasos sanguíneos de la retina y está considerada la principal causa de ceguera en la población activa de países desarrollados, estando su prevalencia y gravedad relacionada directamente con la duración de la enfermedad y con el control metabólico. El edema macular diabético es la causa más frecuente de disminución de agudeza visual en pacientes diabéticos y la retinopatía diabética proliferativa la responsable de los déficits visuales más severos. Hoy en día gracias a la tendencia actual de diagnóstico y  tratamiento precoz de la RD, estos pacientes no tienen por qué terminar en ceguera y pueden mantener una buena visión a lo largo de su vida. Además del tratamiento oftalmológico que consiste en la fotocoagulación de la retina dañada con láser argón , la inyección de diferentes sustancias intravitreas o la cirugía, se considera fundamental el control endocrinológico en cualquier estadio de la retinopatía,  siendo la hiperglucemia un factor de riesgo mayor para el desarrollo de edema macular diabético.

Según la Guía de Práctica Clínica Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV) los pacientes con diabetes tipo 1 deben realizar su primera revisión oftalmológica a los 3-5 años del inicio de la diabetes y los diabéticos tipo 2 deben ser explorados en el momento del diagnóstico de la diabetes.  Si no existe retinopatía o factores de riesgo asociados se recomienda seguir controles anuales en diabéticos tipo 1 y controles anuales o bianuales en diabéticos tipo 2 hasta la aparición de algún grado de RD. Una vez diagnosticada la aparición de RD para establecer la frecuencia de las revisiones posteriores se tendrá en cuenta por un lado el grado de retinopatía y por otro lado el estado de la mácula.

Como resumen de lo todo lo anterior volver a destacar la importancia del control metabólico de la diabetes. La concienciación del paciente y familiares, que no siempre es fácil, la supervisión del mismo por su médico de atención primaria o endocrino y las visitas periódicas a su oftalmólogo de referencia son claves para detectar, retrasar e incluso evitar las manifestaciones oftalmológicas de la diabetes y por tanto de mejorar la calidad visual y de vida de estos pacientes.

  Dra. Margarita Cabanás Jiménez                                                                                                                                     

  H.U. Virgen del Rocío, Sevilla.

Clínica Baviera, Sevilla

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